Hay un punto en la vida en el que miras hacia atrás, y te das cuenta que lo que queda hoy son los recuerdos. He tenido momentos malos, buenos, peores y mejores. Ahora, es cuando reflexionas tumbado en la cama mirando a la nada si todo lo que has vivido vale la pena. Cada momento es tiempo para aprender, aprender que antes de un llanto vino una risa, de una muerte un nacimiento, de aquellos suspensos aquellos aprobados, de aquellos sueños que teníamos de niños el presente que nos hemos ganado, de las peleas las reconciliaciones. Son cosas que en el momento no se aprecian tanto como con el paso del tiempo. Por eso no hay que dejar que un recuerdo te atormente, hay que mirar el lado positivo de las cosas, porque lo que vivimos no se va a repetir dos veces.