Están los que siguen jugando, cuando van en el último lugar. Los que siguen luchando, cuando todo parece perdido. Convencidos de que la vida misma es un desafió. Sufren, pero no se quejan. Porque saben que el tiempo pasa, las cosas cambian y ellos resisten. Pero hay algo que nunca desaparecerá: la satisfacción de haberlo logrado.