De eso se trata esta historia, de despertar, de distinguir entre vivir tus sueños y soñar con una vida irreal. Despertar es salir de tu bunker, de esa habitación donde te encerras para no vivir la vida. Despertar es aceptar que la vida a veces duele. La vida puede ser un sueño, un somnífero, una cárcel. Despertar es encontrar la llave. La vida real, la de verdad, empieza cuando abrimos los ojos y dejamos de soñar.