Nadie
puede resistirse al cambio. Resistirse al cambio es como resistirse al paso del
tiempo, una batalla perdida de antemano.
Siempre
estamos cambiando, mutando silenciosamente, aunque no lo escuchemos. Cambiar es
inevitable. El cambio es la esencia de las cosas, de nosotros, del universo ¿o
será al revés? que la esencia es la que permanece inalterable. Esa es la clave,
cambiar con el cambio.
Cambio
es revolución, y ninguna revolución puede ser amable, confortable, cómoda. Es
una cuestión de tiempo… y cuando el cambio llega no deja lugar a dudas. Cambia
todo, arrasa, transforma, muta.
El
cambio es la esperanza en la desesperanza. Es confiar en que eso, como todo,
también cambiará.